La novela que nos presenta Santiago Roncagliolo trata uno de los temas más presentados en los últimos años por el cine, pero que nunca está acabado: el de la inteligencia artificial, sus ventajas y riesgos.
Nos presenta un mundo intemporal, dado que no nos dice en qué fecha está planteado, y una ciudad real, Tokio, pero en un futuro en el que la investigación en inteligencia artificial ha dado ya sus frutos y somos capaces de crear robots que parecen casi humanos y responden casi como humanos.
Hay que reconocer que, pese a que el tema está muy tratado y casi agotados los puntos de vista, nos trata de poner en un lugar inesperado con una técnica narrativa original, pero que hace difícil la lectura. El narrador toma la postura de alguien inexistente que explica al personaje secundario, la camarera de hotel Mai, las peripecias del protagonista Max durante una convención de la empresa en la que trabaja en Tokio.
La narración resulta fría por momentos, impersonal en otros, y muy explícita en las escenas erótico-festivas, lo que hace que cueste ir avanzando por la novela. Pero si somos capaces de vencer los primeros capítulos, el resultado será una narración viva y eficaz del pasado de los protagonistas, digna de mención. En conclusión un diamante que descubrir entre, y está mal que lo diga, bastante paja.
La historia se centra en una convención en Tokio, que nos lo presenta como un personaje más y como una metáfora de la vida de los personajes, a la que Max acude como empleado de una Corporación que estudia la Inteligencia Artificial. En dicha convención conocerá a Mai, una camarera del hotel, a su jefe y a un amigo japonés. La relación entre los 3 personajes con Max, cambiante y desorientadora por momentos, serán el hilo conductor que nos acompañará por el camino del conocimiento de la realidad más íntima y profunda de los protagonistas.
Recomendado para: lectores expertos, dado que utiliza una manera de narrar un tanto desconcertante, el que alguien cuente a Mai lo que Max fue haciendo en cada momento, hace que haya puntos en los que es necesario leer los párrafos varias veces para saber qué está diciendo. Además la manera de narrar tiene relación con el final de la novela, con lo que hasta que no se termina no se sacan todas las conclusiones, este hecho hace que haya que proponerse acabarla para poder ver hacia dónde pretender llevarnos los protagonistas.
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