lunes, 27 de enero de 2014

Todo lo que era sólido - Antonio Muñoz Molina



Hay pocos libros que haya recomendado abiertamente a todo el mundo, y mucho menos si se trata de un ensayo, pero he de reconocer que el último libro de Antonio Muñoz Molina tiene la categoría de imprescindible.
Es un texto que, partiendo de la actual situación de crisis, reflexiona sobre diferentes aspectos relacionados con la evolución de la sociedad española de las últimas décadas. Y es que se puede estar de acuerdo o no con todo o parte de lo que cuenta, pero mínimo hay que reconocerle que lo cuenta bien y que invita a la reflexión personal.
Me sorprende el poco eco que en los medios se ha hecho sobre este texto, para la pompa que se le da a los libros de expresidentes (tanto nacionales como autonómicos), y que, tal vez por una incesante necesidad de justificación, son mucho menos equilibrados, y por lo tanto, menos interesantes.
Debería ser una lectura obligada en los Institutos (nunca pensé que diría esto, con lo mal que llevaba yo que me obligaran a leer esto o aquello), para ver si de una vez por todas cogemos las riendas de nuestras vidas y dejamos de buscar pajas en ojos ajenos.

lunes, 20 de enero de 2014

14 - Jean Echenoz


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Este es el primer libro de este año que leo porque aparece en la lista de los mejores libros de 2013 de Babelia, el suplemento literario de El País. No es el primero de la lista que comento, dado que Intemperie de Jesús Carrasco, Operación Dulce de Ian McEwan y Las reputaciones de Juan Gabriel Vásquez las leí (y reseñé) antes de que saliera la lista.
Y es que lo de usar las listas para inspirarse tiene sus pros y sus contras. La ventaja es que te acerca a autores de los que de otro modo no hubiera oído hablar (es el caso), pero el inconveniente es que me da la sensación de que los que escriben estas listas buscan en la literatura cosas diferentes al común de los lectores. Otra pega es que tienden a una cierta mitificación de ciertos escritores por lo que en un pasado hicieron (creo que también es el caso).
Es la primera novela de Echenoz que leo y no me parece que esté mal, pero no es para tanto. Es una historia breve sobre un grupo de jóvenes enviados al frente en la Primera Guerra Mundial. No pone el acento en nada (si acaso en los avances tecnológicos de la contienda) y me parece que aporta poco.
Supongo que no he sabido valorar suficientemente la narración.

lunes, 13 de enero de 2014

Las reputaciones - Juan Gabriel Vásquez



Leer a Juan Gabriel Vásquez es toda una experiencia para los sentidos. Para mí, es uno de los grandes descubrimientos que he hecho desde que llevo este blog en lo que ha literatura latinoamericana se refiere. Le conocí gracias a "El ruido de las cosas al caer" y con "Las reputaciones" confirma mis expectativas.
Tiene un modo de narrar muy íntimo, cercano, pero al tiempo capaz de hacer arte con las palabras. Intercala reflexiones y giros en la narración de un modo tan sutil, que casi pasan desapercibidos, pero que hacen la lectura muy enriquecedora.
Además trata a los personajes desde lo más profundo, te mete dentro de sus mentes y vives con ellos. En este caso se va a acercar a un humorista gráfico muy influyente y las consecuencias de sus dibujos tanto en su reputación como en las de los que aparecen dibujados.
Muy recomendable, aunque sabe a poco. Y esa es igual la única pega. No es una novela breve al uso (original, osada, transgesora,...) sino una novela corta. Supongo que podría haberla hecho más larga sin problema, pero por algún motivo no lo ha considerado así. Sea como fuere, la recomiendo.

miércoles, 8 de enero de 2014

Por si se va la luz - Lara Moreno


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La lectura de "Por si se va la luz" de Lara Moreno, es una experiencia casi gastronómica. La lectura de la contraportada ya te invita a sentarte a leer como si de la carta de un gran restaurante se tratara: sabes desde el principio que vas a leer algo bueno, muy bueno; aunque siempre te queda la duda de si te gustará o no.

Los primeros capítulos te muestran un modo de narrar muy personal, muy profundo y un modo de tratar un tema demasiado banalizado de un modo diferente. Yo soy de los que se ha hartado de los que ven en irse a vivir a una aldea la solución a todos los problemas de la vida actual. Siempre he pensado que la cosa no es tan fácil, y Lara Moreno me da la razón.
Como decía, en los primeros capítulos, nos dibuja a una serie de personajes que viven en una aldea: los protagonistas recien llegados, y los demás habitantes ya instalados desde hace tiempo. Sus sentimientos, sensaciones, realidades nos las traslada con una capacidad de empatía pasmosa.
La novela en sí es una sucesión de escenas protagonizadas por estos habitantes, contadas desde distintos narradores, y que nos muestran una realidad mucho más dura de lo que a priori pudiera parecernos.
La narración es cuidada, poética y eso hace que sea necesario degustar la novela poco a poco, porque abruma. Para que os hagaís una idea sus poco más de 300 páginas me han llevado mes y medio, intercalando otras lecturas que me permitieran disfrutar de la lectura más tiempo. Y es que a las 10, 15 páginas uno necesita parar, porque deja de percibir los matices y si le quedan ganas de seguir leyendo, es mejor coger otra novela.
Me ha recordado muy a Intemperie de Jesús Carrasco en su visión del mundo rural, aunque en este caso los personajes llevan todo el peso de la narración.
Muy recomendable si lees a poquitos, con los cinco sentidos, y tienes gusto por la poesía. Si buscas una lectura para una tarde ociosa o para el final de cada día, no creo que sea la mejor opción.