
Al igual que no siempre es fácil hablar de un libro que te ha gustado mucho, porque nunca sabes si has sido capaz de expresar todo lo que tienes en mente; es ciertamente mucho más difícil hablar de uno que no te ha gustado, entre otras cosas porque considero una obligación medir las palabras. Así que empecemos por el principio: la novela no me ha gustado; por lo tanto, no la recomiendo.
Y ahora vienen los motivos. El motivo fundamental es que es una novela demasiado larga. Y el caso es que el concepto largo o corto de un libro no se mide en páginas, sino en sensaciones; hay novelas de mas de 1000 páginas que se hacen cortas, y otras de 100 se hacen eternas. En este caso el problema es que el autor no ha sabido dar un ritmo suficiente a la historia como para enganchar al lector hasta el final.
La novela está estructurada en tres partes. La primera es muy buena: con el chico bueno, el malo, la chica, la secta, el no es lo que parece,... me gustó. Acaba de aquella manera y nos vamos en la segunda parte a un montón de años después y nos plantea una historia diferente con los mismos personajes. Ya me empezó a costar, pero todavía se sostenía. Pero la tercera parte, mucho más larga, con personajes nuevos que aparecen sin saber por qué, se hace imposible. Y es que no ha seguido porque no ha sabido con qué, dado que todo era cuestión de resucitar a alguien y en paz. Sinceramente creo que la tercera parte sobra y la segunda habría que adelgazarla.
Pero sólo es mi opinión.
En cuanto al argumento: una historia de vampiros a la antigua, ambientada en los tiempos actuales.
Poco más.
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