lunes, 2 de abril de 2012

La verdad sobre el caso Savolta - Eduardo Mendoza

Buscando libros para recomendar a un grupo de alumnos, recordé una de las lecturas que más me llamó la atención de mis años de Instituto. Recuerdo que la profesora de Lengua, sorprendida porque no habíamos entendido absolutamente nada de "El guardián entre el centeno", libro que nos pidió para el primer trimestre, se decantó por esta novela de Eduardo Mendoza para el segundo. En este caso acertó.
Acertó sobre todo porque no es una novela al uso. La historia no está contada de un modo lineal, sino que irá intercalando una serie de historias de un modo desordenado, tratando de que la visión de conjunto nos muestre una realidad, por otro lado, impresionante: las huelgas en la industria catalana al final de la I Guerra Mundial.
La historia trata nos cuenta la investigación sobre la muerte de Savolta, dueño de una fábrica de armas en Barcelona. En la investigación se irán entrelazando historias secundarias, personajes inolvidables que dibujan una sociedad levantada contra la opresión de los empresarios y dueños de las fábricas. Un sociedad de matones, sindicatos, huelgas,... en la que Javier Miranda, un pasante de un pequeño despacho de abogados, se verá inmerso sin saber muy bien hacia dónde moverse, ni a quién acudir.
Una historia, en conclusión, de personajes con dobles caras, de intereses ocultos, de medias verdades; magistralmente contada por Eduardo Mendoza, en el que fue su debut literario.
Ahora bien, si me planteo a qué tipo de lector recomendar esta novela, he de excluir a los lectores inexpertos o muy ocasionales. El motivo es el siguiente: la primera parte de la novela está contada de un modo muy complicado. Las historias, sin relación aparente, se cuentan entrelazadas. Una acaba sin sentido y empieza la siguiente. Es como si tirásemos un montón de fotográfías en una mesa y unas tapasen a otras. El resultado es una imagen de la Barcelona del momento, pero para verla es necesario coger distancia, o dicho de otro modo, leer lo suficientemente rápido como para no perder el hilo. Así que si no se va a disponer de demasiado tiempo para leer, o no se es capaz de leer más de 10 páginas seguidas, es mejor no empezar está novela, el fracaso está asegurado.

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