Esta es la tercera novela de David Safier que comento en el blog y me temo que voy a tener que repetir mucho de lo ya dicho cuando recomendé Maldito Karma y Jesús me quiere, porque el estilo propio del autor destaca por encima de todas ellas.
Como ya he dicho en anteriores ocasiones, David Safier escribe novelas partiendo de hechos absurdos, y hace que sus protagonistas, gente normal, se enfrenten a sí mismos a través de las vivencias que dichos hechos les provocan. En Maldito Karma la protagonista se reencarnaba en animales y en Jesús me quiere, otra chica se enamoraba de Jesucristo, aparecido en carne y hueso en la actualidad.
En este caso, nuestra protagonista (me acabo de dar cuenta de que David Safier siempre elige mujeres para sus personajes principales) se trasladará al interior de Shakespeare, por mediación de un mago, para descubrir el verdadero amor.
La historia, a través de los malentendidos típicos del choque cultural entre la sociedad actual y el siglo XVI, y de las diferencias típicas entre hombres y mujeres, irá avanzando con anécdotas, aventuras, reflexiones,... todo ello con un lenguaje típico de los monólogos de humor.
El objetivo que Safier pretende del lector es que pase un rato divertido y, de paso, saque conclusiones útiles para la vida. Lo del rato divertido va por gustos, hay chistes inteligentes, otros un poco más fáciles y algunos para los que hay que saber inglés o conocer a personajes de la sociedad y la televisión alemana. Yo, que no soy de risa fácil, no le acabo de ver la gracia a casi ninguno, pero por lo menos hace la lectura entretenida.
Y de lo de la moraleja, que nadie espere grades hazañas, va más en relación con las conclusiones típicas de series adolescentes y cuentos infantiles que con reflexiones filosóficas.
Pero en general es una lectura entretenida y amena. Creo que ya lo he dicho en alguna ocasión, pero la veo muy útil para las tardes de verano, cuando el sol nos tiene el cerebro refrito en la playa o la piscina.
Un último apunte. Me llamó la atención el título, sobre todo porque me imaginaba que la alusión a la lista de los pronombres, que muchos nos aprendimos de pequeños, era más bien española. Vamos, que no me creía yo que en Alemania el título fuera ese y, estaba en lo cierto. En realidad si traducimos literalmente el título alemán sería "De repente Shakespeare". ¿Por qué cambiarlo?, desconozco la razón pero me imagino que no sonaba lo suficientemente ligero y apetecible como para que se anime a leerlo su público potencial.
Así que todos los que busquéis en la lectura un pasatiempo divertido, aquí tenéis un buen ejemplar.
Hola Daniel!
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog, y tu forma de escribir. También me gusta mucho la lectura, así que me van a venir de perlas tus recomendaciones.
He leido los otros dos libros de Safier, que comentas, y como dices, son entretenidos. Están bien para sonreir y dejarte llevar un poco de entre pensamientos oscuros y noticias tristes.... Así que a ver si me animo con este "Yo, mi, me...conmigo".
Yo tb tengo un blog y, entre otras cosas, tb comento libros, por si lo quieres visitar
http://gossiphuesca.blogspot.com.es/2012/05/el-dia-de-manana.html