Un matrimonio feliz, de Rafael Yglesias, viene con la vitola del Premio de Novela del New York Times 2009. Cuenta la relación matrimonial de Enrique y Margaret, desde sus comienzos hasta el final.
La novela está escrita tomando como origen el momento en el que Margaret decide dejar de luchar contra un cáncer terminal que la ha dejado en una situación bastante penosa. Narra cómo organiza sus últimos días, en su casa, tratando de despedirse de sus amigos y familia, sobre todo padres, hijos y esposo.
Está contada desde el punto de vista de Enrique, e intercala capítulos que describen las despedidas, con capítulos en los que recuerda los momentos más importantes de su relación: sus comienzos, sus crisis, el desarrollo de sus dimensiones artísticas (dado que Enrique es escritor y Margaret diseñadora y aficionada a la pintura).
El autor trata de reflexionar sobre la vida y cómo enfrentarse a la muerte. Pero también sobre las relaciones de pareja, sobre todo con los matices que van tomando con el paso de los años. También, de modo secundario, hará un análisis de la sociedad americana y su evolución en las últimas décadas, comparando la vida de los padres de los protagonistas con la suya propia. También reflexionará sobre la dimensión artística de las personas y los diferentes modos de desarrollarla.
En definitiva es una novela de análisis, más que de acción, y ahí está su cara y su cruz. El autor describe las situaciones detallando lo que piensa el protagonista en todo momento y con todo lujo de detalles. Esto hace que te centres muy bien y llegues a comprender a Enrique como si se tratara de tu mejor amigo. Pero hay veces que las reflexiones de la sociedad y del mundo que rodea a las enfermedades terminales se hacen muy pesadas, y rompen el ritmo de la novela.
Hay capítulos geniales, y otros que quitarías porque no aportan nada. Este hecho, unido a que la manera de escribir es un tanto compleja, hacen que esta novela sea solo apta para grandes lectores, que sepan darla ritmo y que no tarden mucho en leerla, porque si no te pierdes por las ramas y no llegas a ningún sitio.
Si lees despacio o no puedes dedicarle demasiado tiempo, no te la recomiendo.