"Solar", de Ian McEwan, es una novela difícil de valorar, porque en realidad es también difícil de leer. Narra varios años de la vida de Michael Beard, un físico que recibió el Nobel hace tiempo y que vive de las rentas del premio. Está a punto de divorciarse de su quinta mujer, porque le ha pillado en una infidelidad.
Laboralmente dirige un Instituto de Investigación, donde figura más que trabajar, en el que comenzará a colaborar un becario, impetuoso y con ideas brillantes, que le recordará el científico que un día fue y del que no queda casi nada. Todo ello aderezado con una investigación sobre las posibilidades de la energía solar y la realidad del cambio climático.
El principal atractivo de la novela es el retrato del protagonista: un esperpento de persona, con unas ideas y un modo de vida excesivo desde todos los ámbitos y que, como se dice popularmente, "dará en todo". Tanto personal, como laboramente, es un auténtico desastre, pero pese a todo, sale adelante con una facilidad asombrosa. Pienso que es lo mejor de la novela.
La peor parte viene del lado de las investigaciones. Tanto el trabajo que le hizo merecedor del Nobel (una variación de una fórmula de Einstein), como las investigaciones sobre energía solar, son excesivamente teóricas, casi inaccesibles para los lectores que no tenemos demasiada formación científica.
En el modo de estar escrito me ha recordado a "Libertad" de Jonathan Franzen, solo que Solar tiene más ritmo, no se hace tan pesado por momentos.
Por todo lo dicho, me reafirmo en que "Solar" es una novela difícil de leer; muy interesante por la evolución del personaje protagonista y las mujeres que le acompañan; y también, aunque en menor medida, por una trama de misterio secundaria. Pero en cambio, un poco aburrida en lo que se refiere a las explicaciones científicas de las que ya he hablado.
Recomendable para grandes lectores, con tiempo y ganas de darle una oportunidad a una novela, por otro lado, muy bien construida.
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