"El ruido de las cosas al caer" es la novela galardonada con el Premio Alfaguara de novela 2011. Juan Gabriel Vásquez narra una historia de amistad entre dos hombres, fraguada en una sala de billar de Bogotá. Antonio, nuestro protagonista y narrador, es profesor de universidad, y comenzará en esos billares, donde pasa el tiempo que tiene libre, una curiosa amistad con Ricardo Laverde, del que poco se sabe, salvo que fue piloto y estuvo en la cárcel. La amistad no hubiera ido más allá de no ser porque un hecho importante en la vida de ambos los unirá para siempre. La unión será tan fuerte que la vida de Antonio se verá totalmente arrasada por la necesidad de conocer y comprender a su amigo.
La novela es muy recomedable por varios motivos. En primer lugar está escrita de un modo muy personal. La narración es envolvente, te sientes como si tuvieras al escritor a tu lado y te estuviera contando la historia en vivo y eso se agradece hoy en día, dónde cada vez más se hace notar las diferencias entre los autores.
En segundo lugar porque describe muy bien cómo se sienten los personajes. En este sentido es especialmente destacable el papel de la mujer del protagonista. Me parece uno de los personajes que mejor reflejan la desesperación contenida de quien acompaña, sin ningún reconocimiento, al que vive obsesionado por sus problemas. Reconozco que me hubiera gustado que el personaje de la mujer del narrador tuviera más peso.
Pero la historia la centran tanto Ricardo Laverde, como su familia, dado que la obsesión de Antonio por entender lo que pasó, le llevará a querer conocer todo lo que pueda sobre su amigo. La investigación que comienza el protagonista nos adentrará en los tiempos de los grandes narcos colombianos y en la "guerra" entre el gobierno y la droga. Tiempos difíciles para Colombia, que marcaron la vida de sus habitantes.
Y es que lo grandioso de la novela es que tiene un montón de caras, a cada cual más interesante. La amistad y el amor. Las obsesiones y la necesidad de comprender. La Colombia de los narcos y las oportunidades que estos "negocios" propician,...
En principio la recomiendo para todo el mundo, sea cual sea su nivel como lector. Aunque me gustaría hacer un apunte: el autor es colombiano y, como suele suceder en general con todos los escritores latinoamericanos, emplea un lenguaje particular, diferente al que estamos acostumbrados en España. A mi personalmente me gusta comprobar lo rico que es nuestro idioma; pero me consta que hay quien le resulta un poco incómodo leer tantas expresiones desconocidas, porque le impide sumergirse en la historia completamente.
Por todo lo dicho y, sobre todo, por lo que no puedo contar, una de las novelas más intensas e interesantes que he leído últimamente.
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