LO QUE DICE LA EDITORIAL:
Julius, un joven psiquiatra nigeriano residente en un hospital neoyorquino, deambula por las calles de Manhattan. Caminar sin rumbo se convierte en una necesidad que le brinda la oportunidad de dejar la mente libre en un devaneo entre la literatura, el arte o la música, sus relaciones personales, el pasado y el presente. En sus paseos explora cada rincón de la ciudad. Pero Julius no sólo recorre un espacio físico, sino también aquel en el que se entretejen otras muchas voces que le interpelan. Ciudad abierta, novela bellísima y envolvente, supone el descubrimiento de una voz tan original y sutil como extraordinaria.
MI OPINIÓN:
Me acerqué a esta novela porque forma parte de los mejores libros de 2012 según Babelia y he de confesar que no me ha gustado. Tiene puntos fuertes: una grandes descripciones de Nueva York, unas reflexiones sobre el tema étnico-racial, el antisemitismo,... muy interesantes y un pulso muy especial. En este sentido es una gran obra literaria.
Pero al igual que hay libros en los que prima la lectura como entretenimiento, dejando totalmente de lado la literatura; en este caso el entretenimiento ha desaparecido por completo. No hay un argumento, sólo aparece como hilo conductor las reflexiones del protagonista mientras pasea, por lo tanto no engancha. Uno es testigo, cuando lee, de cómo las palabras muestran espacios, ideas, tiempos,... en un estilo puramente artístico.
Me van a perdonar los grandes expertos en literatura, pero soy de los que necesita un argumento, o algo que me motive a seguir leyendo. Y eso que no es un libro aburrido, pero no engancha, con lo que cuesta más ponerse a leer que con otras novelas.
Pero al igual que hay libros en los que prima la lectura como entretenimiento, dejando totalmente de lado la literatura; en este caso el entretenimiento ha desaparecido por completo. No hay un argumento, sólo aparece como hilo conductor las reflexiones del protagonista mientras pasea, por lo tanto no engancha. Uno es testigo, cuando lee, de cómo las palabras muestran espacios, ideas, tiempos,... en un estilo puramente artístico.
Me van a perdonar los grandes expertos en literatura, pero soy de los que necesita un argumento, o algo que me motive a seguir leyendo. Y eso que no es un libro aburrido, pero no engancha, con lo que cuesta más ponerse a leer que con otras novelas.
Lectores tranquilos, amantes de los libros que hacen arte con las palabras, las grandes descripciones, las grandes reflexiones.
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